Skip to main content

ANE RIVAS MARTÍNEZ | VETERINARIA DE BIOLUR Y COORDINADORA DEL PROYECTO ‘AMILLUBI’

Por segundo año consecutivo, en 2023, el Grupo Fagor puso en marcha el programa de cooperación Fagor Herrigintza. Dentro del proceso, las personas socias votaron para elegir qué tres proyectos debería ayudar Fagor. Así, el grupo cooperativo ayudo los proyectos presentados por Biolur (60.000 euros), la Federación Guipuzcoana de Deportes Adaptados (40.000 euros) e Iñurri (20.000 euros). Biolur, asociación que trabaja por la agricultura y ganadería ecológica, presentó el proyecto Amillubi Lurra Taupaka. Ane Rivas Martínez (Arrasate, Gipuzkoa, 1993), veterinaria de Biolur y coordinadora del proyecto Amillubi, ha hablado sobre el proyecto, la importancia de la ayuda…

El Grupo Fagor apoyará el proyecto ‘Amillubi Lurra Taupaka’ a través del programa de cooperación Fagor Herrigintza. ¿Qué es ‘Amillubi Lurra Taupaka’?

Es un proyecto impulsado por Biolur. Biolur nació hace 30 años para trabajar por la agricultura y la ganadería ecológica y hoy por hoy sigue apostando por el modelo ecológico de producción y, por consiguiente, los alimentos saludables. Además, cabe destacar que los proyectos sostenibles ligados al territorio son imprescindibles para hacer frente a la crisis ecosocial que vivimos. Por ello, creemos que es imprescindible ratificar nuestra apuesta. La iniciativa Amillubi Lurra Taupaka puede ser muy importante para la soberanía alimentaria de nuestro territorio, más allá de garantizar la producción y el consumo sostenible de alimentos. Además, ayudará a crear proyectos reales que ofrezcan unas condiciones laborales y económica dignas, garantizará el relevo de la actividad, reducirá la dependencia de nuestros mercados… Para ello adquiriremos los terrenos del caserío Amillubi de Zestoa (Gipuzkoa), de forma colectiva.

La primera semilla se plantará, por tanto, en Zestoa.

Sí. El caserío Amillubi se encuentra el meandro natural del río Urola, en el barrio Iraeta de Zestoa. Es un buen lugar por su valor agroecológico y su ubicación. En concreto, el caserío cuenta con 2,5 hectáreas de terreno agrícola, 1,5 de terreno natural y 5 de bosque. Además, en los alrededores se encuentra un terreno agrícola de 26 hectáreas de las mismas características agroecológicas, propiedad del Gobierno Vasco. Esto refuerza la potencialidad del lugar. Es cierto que la primera semilla será plantada en Amillubi, pero se quiere ir más allá. El objetivo es incidir en la soberanía alimentaria de toda Gipuzkoa y desarrollar un modelo válido para otras zonas del País Vasco. Hoy por hoy, contamos con amplio apoyo de diferentes agentes, ayuntamientos, productores y productoras, ciudadanos y ciudadanas…

El proyecto también tiene en cuenta a consumidores y consumidoras.

La esencia de este proyecto radica en la colaboración entre distintos agentes. Es responsabilidad de todas las personas, sean consumidoras, productoras o distribuidoras, garantizar una alimentación local sostenible. Hoy por hoy, solamente el 10% de los alimentos que consumimos provienen de nuestro territorio. Es decir, el 90% de lo que comemos viene de fuera, recorriendo miles de kilómetros. Esto afecta al medio ambiente, a la salud y a la dependencia de nuestros mercados.

¿La agricultura ecológica es un modelo con futuro?

Esa ha sido siempre la filosofía de Biolur. Las personas que iniciaron este camino hace 30 años fueron pioneras, y el tiempo ha demostrado que la agricultura ecológica es un modelo duradero y sostenible para nuestro planeta y para nosotros y nosotras. Hay numerosas evidencias científicas que afirman que actualmente existen muchas enfermedades físicas y mentales directamente relacionadas con la alimentación. Por suerte, actualmente, la ciudadanía es consciente de la crisis ecológica y sus efectos.

¿Proyectos como ‘Amillubi Lurra Taupaka’ son importantes para hacer frente a la crisis ecosocial?

Sí, muy importantes. En Ipar Euskal Herria existe un proyecto llamado Lurzaindia. Es un proyecto que nos sirve de referencia. Iniciativas similares ofrecen oportunidades reales, hacen ver que un modelo sostenible es posible, y real. O, también hay proyectos similares en Catalunya y otros países europeos. Todos ellos son imprescindibles para hacer frente a la crisis ecosocial. Cada paso cuenta.

¿La ayuda de 60.000 euros del Grupo Fagor es importante para el proyecto?

Sin duda. Ha supuesto un importante impulso económico y ha ayudado en la difusión de nuestro proyecto. Estamos muy agradecidos y agradecidas. Prevemos una inversión de 390.000 euros para la compra del caserío y el terreno, así como para realizar algunos trabajos para adaptar el espacio. Gracias a la acogida que ha tenido la campaña de recaudación de fondos, ya hemos acumulado la cantidad que necesitamos para realizar los dos primeros pagos -tenemos un plazo de dos años para ello-. Además, ya hemos firmado la cesión del caserío y las tierras. También hemos empezado a definir los diversos proyectos productivos para Amillubi.

¿Cuáles son los siguientes pasos?

Amillubi es una apuesta a largo plazo. Pero no podemos limitarnos a esa perspectiva. También necesitamos objetivos de mayor urgencia. Por ejemplo, seguiremos con la recaudación de fondos, diseñaremos nuevos proyectos productivos para la zona, comenzaremos con la producción…