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Ha pasado una década desde el día que la ONG de Arrasate Harreman apostó por construir una red formada totalmente por personas voluntarias -hasta entonces funcionaba con otro modelo, pero la crisis que comenzó en 2008 trajo consigo una necesidad de cambio-. Por ello, están inmersos e inmersas en un año de celebraciones. “Vimos que la situación que vivía Harreman hace diez años no se podía alargar durante mucho tiempo. Las pérdidas y problemas semejantes no lo hacían sostenible. Aun así, seguimos creyendo en el proyecto, y decidimos apostar por él, formando una red de personas voluntarias de 30 personas”, aclara Cristina Etxenausia Irure, voluntaria de Harreman Denda. En definitiva, la iniciativa funciona gracias a la labor de las personas voluntarias -entre sus quehaceres está la de participar en los turnos de la tienda-, y por ello, aprovechando el aniversario, las personas responsables de la misma siguen tejiendo la red de personas voluntarias y el Grupo Fagor ha adoptado ciertos compromisos para ello. La persona que quiera ser voluntaria de Harreman Denda, podrá inscribirse en la tienda que la propia ONG tiene en el barrio Musakola de Arrasate -está en el edificio de Eroski-.

Cabe mencionar que Harreman Denda vende productos particulares, con historias y condiciones concretas: mediante ellas se impulsan producciones locales, garantizando sueldos y condiciones justas, profundizando en el empoderamiento de las mujeres e igualdad de género y cuidando un modelo de explotación sostenible. Con todo ello, en la tienda se pueden encontrar productos producidos total o parcialmente en lugares como Asia, África y Latinoamérica, siempre acorde con la filosofía del comercio justo. De todas formas, la iniciativa también persigue otros objetivos. “Aparte de vender productos, Harreman Denda pretende encender la conciencia relacionada con los hábitos de consumo. Para ello, se organizan charlas para tratar diversos modelos económicos, campañas de sensibilización relacionadas con la producción del chocolate…”, subraya el voluntario Mikel Elexpuru Lete.

Tejiendo la red solidaria

Las personas representantes de Harreman están “contentas” con la decisión adoptada hace diez años -se decidió hacer una apuesta firme por un modelo basado en el voluntariado-: “Fue una decisión acertada. Hemos conseguido mantener la red voluntaria y eso se nota tanto en la organización del proyecto como en la seriedad”. Hay que mencionar que Harreman fue una iniciativa creada gracias a la unión de distintas ONG de Debagoiena, y por ello, junto con las personas voluntarias, ellas también participan en las decisiones del proyecto. En definitiva, son todas ellas las que determinan el futuro del proyecto.

Por su lado, el Grupo Fagor ha querido subrayar la importancia de participar en una red de personas voluntarias. “Son muchas las iniciativas que trabajan a favor de la sociedad, los territorios más vulnerables… Harreman Denda realiza una labor fundamental a favor de un mundo mejor y más justo. Nuestra comarca tiene una red significativa de personas voluntarias y tenemos que intentar seguir así, participando activamente en iniciativas sociales. El trabajo voluntario tiene una importancia y significado especial”, confiesa Aritz Otxandiano Kanpo, responsable de Sostenibilidad del Grupo Fagor

Historia de dos décadas

Harreman Denda tiene una historia de dos décadas. En su base, se encuentra la unión de personas con afán de trabajar en favor de otras personas y el compromiso continuado de aliviar la miseria de los pueblos más vulnerables. Son muchas las iniciativas que ha organizado con esos mismos objetivos, queriendo trasladar a Arrasate y pueblos de alrededor la realidad que viven día a día las personas que menos tienen, ofreciendo la oportunidad de ayudarlas. Aún ahora, dos décadas más tarde, Harreman ratifica su apuesta de seguir en el mismo camino.

Hoy en día hay varias personas que han sido parte del Grupo Fagor en la red voluntaria de Harreman Denda. Hablan sobre la importancia de participar en ella, la experiencia vivida, etc.