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Aritz Otxandiano Kanpo, responsable de Sostenibilidad del Grupo Fagor, ha participado en la mesa redonda Energías renovables en el País Vasco. ¿Conflicto o solución? celebrada el 23 de marzo en el campus de Vitoria-Gasteiz (Álava) de la Universidad Pública Vasca (UPV) por el grupo de investigación Ekopol. Dicho acto ha contado también con la participación de Aitziber Sarobe Egiguren, profesora de Mondragon Unibertsitatea, Rebeka Gonzalez de Alaiza Perez de Villarreal, miembro de Araba Bizirik, Pablo Llorente Zapatería, portavoz de Sustrai Erakuntza, y, Mikel Otero Gabirondo, secretario de Transición Ecológica de EH Bildu. Entre otras, han querido subrayar la importancia de trabajar por un amplio consenso entre comunidades afectadas, agentes sociales, instituciones y agentes socioeconómicos.

En concreto, el responsable de Sostenibilidad del Grupo Fagor aboga por avanzar hacia la descarbonización de la industria, trabajando, por ejemplo, por la eficiencia energética y las energías renovables. “Hacen falta medidas para minimizar el consumo energético e iniciativas para profundizar en la economía circular. La industria debe tomar medidas para su transformación”, añade.

Por otra parte, Otxandiano habla de recuperar “una relación equilibrada” con la naturaleza: “Hemos perdido la conexión con el territorio. Antes de la era de los combustibles fósiles, las necesidades energéticas eran cubiertas con los recursos que nos ofrecía nuestro territorio: madera, molinos de los ríos… Por el contrario, los combustibles fósiles son importados y, en general, no somos conscientes del coste energético y el impacto medioambiental que tiene nuestro nivel de consumo. Con la transición a las energías renovables, la generación de energía vuelve al territorio, y debemos de utilizar todas las tecnologías renovables disponibles, en especial la eólica y fotovoltaica”.

Modelo social

El debate ha llevado a los y las participantes a reflexionar sobre el modelo social. Esta cuestión ha generado una gran diversidad de opiniones.  Por una parte, representantes de Sustrai Erakuntzak y Araba Bizirik han apostado por una estrategia de decrecimiento: “Actualmente, se trabaja para sustituir fuentes de energías fósiles por fuentes de energías renovables para que el crecimiento siga su curso. Es una estrategia errónea. Hay que tomar medidas para el decrecimiento”.

Por su parte, el responsable de Sostenibilidad del Grupo Fagor aboga por diseñar una hoja de ruta que cuente con el apoyo mayoritario de la sociedad vasca. “El País Vasco es un país industrializado y en gran medida gracias a ello gozamos de un alto nivel de bienestar (educación pública, sanidad pública, pensiones…). Dudo que la sociedad esté dispuesta a aceptar las consecuencias de un proceso de decrecimiento, pero, en todo caso, es importante habilitar espacios de diálogo y deliberación, de tal forma que diseñemos una hoja de ruta lo más consensuada posible”, menciona.

Asimismo, aun siendo consciente de la complejidad del proceso, Otero apuesta por buscar acuerdos. “El tema de la transición energética ha generado gran debate. Hay que tratar de llegar a un acuerdo, siendo conscientes de que debemos diseñar una propuesta real para un territorio de 3.000.000 habitantes que viven en pueblos, zonas rurales y sobre todo en ciudades”, subraya. Según él, hoy por hoy, la cifra del consumo de energía del país vasco que proviene de fuentes renovables apenas llega al 15%. Por ello, aboga por avanzar en el camino de las renovables, “estudiando nuevas posibilidades, más pronto que tarde”.

La importancia de las energías renovables

Todas las personas que han participado en la mesa redonda han subrayado la importancia de las energías renovables, pero no ha habido consenso en cuanto a la extensión y tipología de estas se refiere. “Hay que diseñar una hoja de ruta que tenga en cuenta nuestra realidad. Solo así se conseguirá dejar de lado las energías fósiles. Un modelo basado en energías renovables necesita también infraestructuras de generación de gran escala, pues de lo contrario, un país industrializado como el nuestro estará muy lejos de cubrir sus necesidades mediante fuentes de energía renovable”, admite el responsable de Sostenibilidad del Grupo Fagor. Eso sí, aboga por explorar modelos innovadores de propiedad en el que tendrían cabida las comunidades y entidades de cada territorio, así como diseñar medidas complementarias para la recuperación de la biodiversidad y el impulso a la producción de alimentos locales, por ejemplo, “a través de una política forestal diferente”.

Asimismo, Sarobe subraya la importancia de investigar y prever los efectos de nuevas infraestructuras de energía renovable: “Más allá de conocer cómo vamos a realizar la transición energética, debemos decidir qué transición queremos, si podemos avanzar sin perjudicar al medioambiente y, en ese caso, hasta dónde podemos llegar. Para ello, es fundamental conocer en qué situación se encuentra nuestro entorno natural (especies amenazadas, etc.) y conocer los posibles efectos de cada intervención. Necesitamos estudios independientes”.