Andoitz Aranburu Irastorza
Responsable de innovación en Fagor Arrasate y presidente de la unidad de innovación Koniker. Ingeniero mecánico de formación.
Responsable de innovación en Fagor Arrasate y presidente de la unidad de innovación Koniker. Ingeniero mecánico de formación.
En Fagor Arrasate, la digitalización va más allá de la automatización de procesos: es el pilar sobre el que se construye un servicio postventa de excelencia. El objetivo principal de la cooperativa es maximizar la disponibilidad de uso de las máquinas que instala en todo el mundo, garantizando tiempos de producción prolongados y estables, sin paradas innecesarias. En definitiva, que una máquina se detenga por una avería inesperada supone pérdidas de tiempo y productividad para las empresas. Por ello es importante ofrecer soluciones para evitarlo. Este es nuestro objetivo, y trabajamos para cambiar la ecuación: la predicción y la prevención se convierten en piezas clave para poder reaccionar antes de que la máquina se detenga.
Es decir, debemos profundizar en el mantenimiento predictivo, prevenir posibles errores. Registrar constantemente ciertos datos para después analizarlos y emitir alertas tempranas en caso de detectar pequeñas desviaciones respecto al funcionamiento normal nos puede ser de gran ayuda -temperatura, vibraciones, velocidad, carga eléctrica y variables ambientales-. Las técnicas de Inteligencia Artificial (IA) tienen un papel determinante en la interpretación de estos datos. Se aplican algoritmos para aprender cuál es el comportamiento “saludable” de cada componente y distinguir cuándo aparecen patrones que no son habituales. Además, el sistema evoluciona con cada intervención, haciendo previsiones cada vez más precisas.
Más allá de la teoría, existen ejemplos prácticos, como, por ejemplo, el proyecto presentado por Fagor Arrasate en las jornadas Dataton organizadas por Basque Artificial Intelligence Center (BAIC), el cual analiza datos reales de un motor específico, permitiendo adaptar el comportamiento normal a lo largo del tiempo. A través de la Inteligencia Artificial, se definen las ventanas óptimas de funcionamiento y se configuran las alertas que identifican cualquier desviación significativa. Esto nos permitirá corregir ciertas anomalías antes de convertirse en averías, programando previamente las intervenciones y reduciendo las pausas.
Todo ello trae consigo beneficios para las empresas: reducir costes -por ejemplo, reduciendo el número de paradas de emergencia-, planificar mejor las tareas de mantenimiento, aumentar la seguridad y disponer de información más accesible. En definitiva, resulta enriquecedor apostar por un mantenimiento inteligente, para anticiparnos, prevenir y optimizar, entre otras, reforzando nuestra posición en la industria 4.0 y ofreciendo un servicio técnico que no solo se centra en la reparación, obteniendo así soluciones de mayor eficiencia y rendimiento.
Por todo ello, se necesitan procesos de digitalización desarrollados con una visión estratégica, sobre todo para mejorar la disponibilidad de las líneas de producción. Es un camino que debemos recorrerlo paso a paso. En nuestra cooperativa, al menos, así lo estamos haciendo. Trabajamos para integrar soluciones de mantenimiento predictivo en diferentes líneas de producción, para, entre otras, garantizar la solidez, disponibilidad y fiabilidad. Y daremos nuevos pasos, pues, como ya he mencionado anteriormente, la digitalización es el pilar sobre el que se construye un servicio postventa de excelencia.